La diversidad, más que una política empresarial, es un factor de éxito en los negocios

La diversidad es un motor para la innovación: mejora el compromiso, tanto de los clientes como de los empleados, y permite a los negocios llegar al camino del éxito en un mundo hiperconectado y guiado por lo digital. La conmemoración del Día Internacional del Orgullo LGBT+ el 28 de junio es un excelente recordatorio de que una compañía inclusiva y diversa —sin prejuicios de cultura, raza, etnia, orientación e identidad de género, y de expresión, así como cualquier condición física, mental, laboral o de vida— contribuye a mejorar los espacios de trabajo, reconocer el potencial y talento de los miembros de la organización, y darles la libertad de ser quiénes son abiertamente.

Esta cultura no sólo es un camino hacia un mundo más igualitario y un lugar más agradable en el cual trabajar; también lleva a los negocios hacia el éxito. Las personas que tienen la libertad de ejercer su identidad sin prejuicios y sesgos demuestran mayor creatividad y compromiso. Cuando los equipos de trabajo transmiten esto a los clientes, se crea un puente importante para el entendimiento y conocimiento de las necesidades de cada uno; cuando se colabora con otros desde diferentes puntos de vista, el intercambio de ideas despierta la innovación.

De acuerdo con el estudio sobre Tendencias Globales en Capital Humano 2017 de Deloitte, una de las constantes en el mundo laboral más presentes para este año serán, precisamente, la diversidad e inclusión. Éstas conforman un tema prioritario para los CEO alrededor del mundo y le dan un foco importante en responsabilidad, datos, transparencia y “diversidad a través del proceso”. Esto quiere decir que ya no sólo se trata de una iniciativa delegada a los departamentos de Recursos Humanos, sino que es un punto estratégico en la operación, entre los directivos y ejecutivos. Por otro lado, el informe reafirma que esta tendencia también trasciende al nivel económico: las compañías con prácticas de talento incluyentes en contratación, promociones, desarrollo, liderazgo y gestión de equipos, generan una ganancia por empleado 30% mayor y una rentabilidad más alta que sus competidores.

Esto da luz sobre la relevancia que tiene para las marcas y cómo las percibe el público y los empleados, pero sobre todo la fuerza laboral más joven que se integra a las empresas buscando que la cultura corporativa reconozca y sea afín a las causas y forma de pensar de las generaciones actuales. Según el estudio de Deloitte, los millennials ven a la inclusión como una cuestión obligatoria de la cultura corporativa, definiendo de qué manera la compañía los escucha en el trabajo.

Por ello, se relaciona a cómo se retiene el talento, haciendo relevante que la imagen que la compañía proyecte, su postura institucional y la selección de profesionales compartan la misma visión. La diversidad y la inclusión son un requisito corporativo de las empresas de hoy y debe comunicarse desde la imagen, cómo se conectan, reclutan, capacitan y conservan su talento, así como en la gestión de Recursos Humanos.

Resolver el reto de renovar la cultura en las organizaciones es grande. Pero más allá de trazar políticas y programas de capacitación, las empresas deben delinear herramientas de medición, transparencia y rendición de cuentas. Soluciones como SAP SuccessFactors aterrizan iniciativas e ideas hacia una cultura más diversa e inclusiva al monitorear directamente prácticas de contratación gerencial, ayudar en el proceso de toma de decisión y determinar los factores más importantes para contratar, recompensar, promover y administrar, al tiempo que ofrece capacidades más robustas para permitir a las organizaciones tomar decisiones más informadas, prevenir, detectar y eliminar prácticas y actitudes alrededor de prejuicios por el origen y la identidad de las personas. Además, SAP cuenta con Pride@SAP, la red global LGBT de la compañía, que se encarga de transmitir este orgullo y reivindicación por la diversidad en todo el mundo, con la que ya se ha unido a las marchas en ciudades como Berlín, San Francisco, Montreal y la Ciudad de México, donde, por segundo año consecutivo, participarán en el recorrido del próximo sábado 24 de junio.